Semana 31
Semana 31
Qué ha sucedido hasta el momento...Como ya hemos visto, Pablo tiene muchas cosas que contarle a la iglesia de Corinto porque Pablo no solo escribió una carta sino que dos y ahora estudiaremos la segunda. Esta carta al igual que la anterior fue escrita para desafiar a los creyentes a que vivieran por Cristo, aunque también era para recordarles que cuando están enseñando y compartiendo sobre Jesús, debían compartir la verdad. Esto surgió porque había personas que enseñaban cosas falsas de Jesús y explicaban de acuerdo a lo que ellos creían cómo era vivir como un seguidor de Jesús.
Qué ocurrió después...Una de las áreas que a Pablo le interesaba que los seguidores en Corinto desarrollaran era que no fueran “creídos” o que fueran presumidos sobre ellos o lo que podían hacer. Pablo quería que recordaran que Jesús es el único que hace los sacrificios para que nosotros estemos limpios y nuevos, y que el poder de Dios es el poder que nos transforma.
Qué debo leer...2 Corintios 5:11–21 (NVI) “El ministerio de la reconciliación”Por tanto, como sabemos lo que es temer al Señor, tratamos de persuadir a todos, aunque para Dios es evidente lo que somos, y espero que también lo sea para la conciencia de ustedes. No buscamos el recomendarnos otra vez a ustedes, sino que les damos una oportunidad de sentirse orgullosos de nosotros, para que tengan con qué responder a los que se dejan llevar por las apariencias y no por lo que hay dentro del corazón. Si estamos locos, es por Dios; y si estamos cuerdos, es por ustedes. El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos, y por consiguiente todos murieron. Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado. Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos. Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así. Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios.» Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.
|