Semana 16

20  al  26 Abril

Qué ha sucedido hasta el momento...

Jesús ha estado enseñando a las personas sobre Dios, realizando milagros como símbolo del poder de Dios y cuestionando la forma en que las personas vivían: Les dijo que honrar a Dios podría hacer un gran cambio en sus vidas. Las personas que estaban en contra de Jesús comenzaron a murmurar y a tramar en contra de él, por lo que Jesús sanó a un ciego y luego comenzó a enseñar sobre “la ceguera espiritual” que era cuando las personas no podían ver a Dios o sus propios errores. Cada vez más, Jesús estaba desafiando a las personas a conocer la verdad sobre Dios y sobre la manera de vivir.

 

Qué ocurrió después...

Jesús utiliza una metáfora sobre las ovejas para ayudar a entender a los que estaban escuchando sobre la verdadera importancia de seguir la voz correcta. Jesús usa la metáfora de la oveja porque esto era algo que las personas de su tiempo y de su área (país, ciudad) entenderían. Me pregunto si Jesús estuviera comunicando esta enseñanza hoy a las personas donde tu vives ¿usaría las mismos ejemplos para ayudarles a entender?

 

Qué debo leer...

Juan 10:1–21 (NVI) “Historia sobre una oveja”

Ciertamente les aseguró que el que no entra por la puerta al redil de las ovejas, sino que trepa y se mete por otro lado, es un ladrón y un bandido. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El portero le abre la puerta, y las ovejas oyen su voz. Llama por nombre a las ovejas y la saca del redil. Cuando ya ha sacado a todas las que son suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. Pero a un desconocido jamás lo siguen; más bien, huyen de él porque no reconocen voces extrañas. Jesús les puso este ejemplo, pero ellos no captaron el sentido de sus palabras.

Por eso volvió a decirles: «Ciertamente les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí eran unos ladrones y unos bandidos, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos.

 

El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.

El asalariado no es el pastor, y a él no le pertenecen las ovejas. Cuando ve que el lobo se acerca, abandona las ovejas y huye; entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa. Y ese hombre huye porque, siendo asalariado, no le importan las ovejas.

Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traerlas. Así ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor. Por eso me ama el Padre: porque entrego mi vida para volver a recibirla. Nadie me la arrebata, sino que yo la entrego por mi propia voluntad. Tengo autoridad para entregarla, y tengo también autoridad para volver a recibirla. Éste es el mandamiento que recibí de mi Padre. De nuevo las palabras de Jesús fueron motivo de disensión entre los judíos. Muchos de ellos decían: «Está endemoniado y loco de remate. ¿Para qué hacerle caso?» Pero otros opinaban: «Estas palabras no son de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrirles los ojos a los ciegos?»

 

Reflexiona, opina y crea...

Como cristianos, escuchar a Dios es algo muy importante que debemos hacer todos los días. ¿Cómo puedes hacer esto? Puede que seas realmente bueno en concentrarte en Dios, incluso cuando hay un millón de cosas que pasan a tu alrededor que pueden distraerte o puede que te guste detenerte y escuchar en un lugar tranquilo, escuchando música (incluso) para que te ayude a concentrarte para escuchar a Dios. Es importante descubrir qué es lo que te ayuda y probar diferentes cosas.

  • Tomate un momento durante esta semana para probar diferentes formas para escuchar a Dios.
  • Encuentra un lugar tranquilo y lee nuevamente el pasaje bíblico de hoy, luego siéntate o acuéstate tranquilamente y escucha a Dios. Puedes escuchar o tocar música mientras piensas en Dios.
  • Detén lo que estas haciendo (cuando estas en la casa, en el colegio o cuando estas jugando con alguno de tus amigos) y concentrarte en Dios por unos minutos. Puedes escribir o dibujar las cosas que vengan a tu mente durante este momento mientras escuchas a Dios.

 

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