Siete Hábitos
PROVERBIOS 7
“Hijo mío, pon en práctica mis palabras y atesora mis mandamientos” (v. 1).
En el año 1989, el autor y educador norteamericano Stephen Covey escribió un libro que vendió más de 15 millones de copias, habiendo sido traducido a 38 idiomas. The 7 Habits of Highly Effective People (Los 7 Hábitos de Personas Altamente Efectivas), que trata de productividad y efectividad en la vida.
Salomón, en el capítulo para hoy de Proverbios, le da palabras sabias a su hijo – y a su familia – diciéndole ‘atesorar’ dichas palabras con el fin de ser un individuo efectivo.
Permítanme sugerir siete hábitos que podrían ayudarnos a todos a vivir más efectivamente en nuestras ‘familias’:
- Comunicación. Es un hábito clave para nutrir y desarrollar al hablar. y escuchar, a otros. La comunicación nunca puede ser forzada, pero es imprescindible si queremos crecer y madurar como individuos.
- Apertura. Si queremos que nuestros jóvenes sean abiertos, debemos estar dispuestos a ser abiertos con ellos. Puede ser costoso, pero bien vale el esfuerzo de ser transparentes y vulnerables y honestos.
- Disciplina. Este hábito es vital en todas las áreas de nuestras vidas. Salomón le dijo a su hijo que fuera disciplinado y nosotros tenemos que hacer lo mismo.
- Respeto. La Madre Teresa dijo, “La cosa más natural es la vida familiar. Lo que mantiene unida a una familia, lo que nutre la vida familiar, es ese sometimiento del uno al otro, es la obediencia, es la aceptación de unos a otros. Otros ates que uno mismo. El hábito básico de respeto mutuo.
- Valores. Es fundamental mantener vigentes nuestros valores espirituales, viviendo vidas de integridad, haciendo lo que es bueno y justo, apoyándonos unos a otros.
- Pasarlo bien.. Un maravilloso hábito que cultivar es pasarlo bien. ¡Reír! ¡Disfrutar! ¡Aprovechar cada día que Dios nos da!
- Amar. Debemos amarnos unos a otros cada día. ¡Qué hábito más hermoso! Amemos profundamente a nuestros hijos, a otros niños, a nuestros padres, amigos, vecinos. ¡La gente nos conocerá por nuestro amor!
“Así que, hijo mío, escúchame; presta atención a mis palabras” (v. 24).
Aquí Salomón no se estaba dirigiendo solamente a uno de sus hijos, sino a todos sus hijos – y suponemos que a sus hijas también. El hábito de vivir vidas piadosas: ¿estamos dispuestos a tenerlo?
Viviendo Sabiamente
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