Hálito de Vida

Génesis 2:1-7 , 18-24

“Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la  tierra; y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente” (v.7).

Los capítulos 1 y 2 de Génesis nos dan diferentes relatos de la Creación, mas son una unidad.  Ningún relato es completo por sí solo.  Los dos pasajes se complementan, conteniendo cada uno material vital para comprender la creación del hombre y la mujer.

El primer capítulo – que describe cronológicamente los eventos de la Creación –proporciona un vistazo amplio de la creación del universo.  El segundo capítulo – que considera los eventos temáticos – da un vistazo como zoom de la creación del hombre y la mujer, el climax de la Creación.  Creados a la imagen de Dios, dados el hálito de vida.

Dios creó al hombre, pero pronto se dio cuenta que el hombre necesitaba  una contraparte, alguien paralelo a él, pero diferente.

“Entonces Dios el Señor hizo que el hombre cayera en un sueño profundo y, mientras éste dormía, le sacó una costilla y le cerró la herida.  De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el Señor hizo una mujer y se la presentó al hombre”  (vs. 21, 22.

La humanidad es una unidad, creada por Dios.  Diferentes como hombre y mujer, mas uno.  Esto refuerza el concepto cristiano de la unidad del cuerpo – de la humanidad.  Esta estructura creativa es completa; se completó en la creación del hombre y la mujer.  Ambos recibieron el hálito de vida.  Ambos fueron creados para relacionarse con Dios de una manera que ninguna de las otras cosas creadas puede hacerlo.  Una fraternidad íntima con el Creador entonces fue posible.  Vida abundante.   ¡Dulce comunión!

Oración

Señor Dios todopoderoso, gracias por darme el hálito de vida, para que yo pueda relacionarme con otros y, sobre todo, contigo.  Que todas mis relaciones sean santas y puras y aceptables a tu  vista.