Semana 49

Qué ha sucedido hasta el momento...

La semana pasada revisamos la carta que Judas escribió a todos los cristianos de todos los lugares y ahora exploraremos  el último libro de la Biblia llamado Apocalipsis. Es muy difícil entender este libro completamente y ha habido muchas personas que por muchos años  han estudiado su contenido. Juan, apóstol y siervo de Jesús escribió este libro después de que Dios le dio visiones sobre algunas cosas que podrían tomar lugar al final de los días. Me pregunto si Dios alguna vez te ha dado alguna imagen o alguna idea e incluso un mensaje con palabras sobre cosas que él quiere que tú pienses o compartas con otros. Dios se comunica con nosotros en muchas maneras diferentes y él le dio estas visiones a Juan para que él las compartiera con los creyentes. Lo emocionante sobre este libro siendo el último, además de  incluir pasajes interesantes, es que al final, ¡Jesús gana! Él conquista a todos los enemigos y reinará por siempre, por los siglos de los siglos.

 

Qué ocurrió después...

En el libro Apocalipsis Juan comienza entregando un mensaje que fue destacado por siete iglesias. Hay un mensaje para cada una de estas iglesias sobre un problema en específico, una advertencia. Ahora vamos a revisar algunos de estos mensajes a la iglesia en Laodicea y ver lo que dice.

 

Qué debo leer...

Apocalipsis 3:14–22  (NVI) “A la iglesia de Laodicea”

 

»Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea:

Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el soberano de la creación de Dios: Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca. Dices: “Soy rico; me he enriquecido y no me hace falta nada”; pero no te das cuenta de que el infeliz y miserable, el pobre, ciego y desnudo eres tú. Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista. Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete. Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo. Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono. 22 El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.»

 

Reflexiona, opina y crea...

Este mensaje a la iglesia de Laodicea es muy firme con respecto a ser fuertes en la fe. Juan quería que dedicáramos TODO a Dios: todo nuestro corazón, toda nuestra mente, toda nuestra alma. En los versículos 15 y 16 Juan nos recuerda que Dios sabe si estamos interesados solo en él o si estamos interesados por otras cosas, y si gastamos nuestro tiempo con las cosas mundanas. Dios no quiere que seamos indiferentes.

¿Alguna vez has jugado al juego donde tu buscas algo o alguien y te dicen si tu estas “caliente o frio”? Te dicen “caliente” solo si estás en la posición exacta en donde se encuentra lo que estás buscando. Dios quiere que ganemos el juego cuando lo estamos buscando, por lo que necesitamos estar exactamente en el lugar correcto y  no lejos, donde solo estemos “tibios” o “incluso fríos”.

Juega a “caliente o frio” con tu familia o amigos.
Utiliza un objeto que te recuerde que Dios quiere que ganemos este juego o que estemos dedicados a él.