Juan 9

21 de abril del 2015

Jesús sana a un nombre ciego de nacimiento y habla sobre la ceguera espiritual

Preguntas para compartir

  • ¿Cómo el versículo 3 podría guiar a alguien que teme que su enfermedad o condición física sea un castigo de Dios?
  • Los fariseos interrogaron al hombre ciego de nacimiento y se terminaron sintiendo reprendidos por él (v 13-34) ¿Qué podemos enseñar?
  • El hombre ciego de nacimiento creyó en Jesús. ¿Qué es lo primero que el hombre hace después? (Leer también Lucas 4:8)

 

Compartenos tu opinión.  No te olvide Desafío para niños, Semana 16

Profundizando con el libro “Palabras de vida”

Jesús permaneció por Jerusalén. Durante el día de reposo, pasó a un hombre ciego cuya historia se debe conocer en general, puesto que los discípulos le preguntaron si él o sus parientes tuvieron la culpa de que naciera ciego. Reflejaron una opinión muy general, además de la idea de que los pecados de los padres eran recibidos por los hijos, existía una teoría griega de que el alma podía pecar en un estado pre-existente (en el útero o antes) y ser castigada por una aflicción en vida, y algunos judíos de la época de Jesús creyeron.

La causa de alguna enfermedad es detectable. Nos resfriamos y, sin fijar la culpa, tratamos de recordar de dónde tuvimos el contacto con los gérmenes responsables. Cuando a la edad de 50, una mujer fue diagnosticada con deficiencias de anticuerpos, los médicos descubrieron que no tenía bazo. Una de las reacciones de sus padres, fue el pesar por no saber el cambio drástico de un órgano que la hacía susceptibles a las enfermedades frecuentes; sin embargo, ellos no fueron los culpables.

Sin dar un discurso sobre el pecado y el sufrimiento, Jesús dice claramente a sus discípulos que ni los padres, ni el hombre, tienen la culpa de su ceguera congénita, pero su desgracia permite a Jesús mostrar lo que Dios puede hacer. En el Evangelio de Juan, los milagros son una señal del poder y la gloria de Dios (esta es la única curación de una persona con una enfermedad congénita en los Evangelios).

Cuando existe pérdida, o la sanación no viene, también significa una oportunidad para que la gracia de Dios se aprecie en nuestras vidas; cuando los creyentes ayudan a otros que están en peligro, se muestra la gloria de Dios. Jesús dice que él y otros deben hacer la obra de Dios mientras puedan (v 4), con respecto a esto, Juan registra otra de las declaraciones “YO SOY” del Señor: "Yo soy la luz del mundo" (v 5).

Entonces Jesús hace una mezcla de barro para los ojos del hombre y le dice que vaya y se lave en la piscina de Sil oé, que significa 'enviado'. La piscina, alimentada del manantial, está en la fuente donde el sacerdote sacó agua para el altar durante la ceremonia de la Fiesta de los Tabernáculos; cuando el hombre obedece a Jesús, él regresa de ver la luz. De ahora en adelante céntrate en Cristo, la luz enviada de Dios.