Hechos 5

14 de mayo del 2015
Por Philip Layton

Ananías y Safira enfrentan las consecuencias de mentirle a Dios y los apóstoles son perseguidos


Preguntas para compartir

Ananías y Safira (v 1-10) murieron cuando le mintieron a Dios.
¿Cómo reaccionaron los creyentes? ¿Qué se puede aprender de este incidente?
Los celos de los líderes religiosos judíos (v17) los llevaron a la persecución.

 

Profundizando con el libro “Palabras de vida”

Los nuevos creyentes eran “de un solo sentir y pensar” (4:32) en compartir lo que tenían: las posesiones, la comida, todo y como resultado, no había nadie en necesidad. Todo empezó tan bien, pero, por supuesto, Satanás quería aniquilar este plan desde el comienzo, así que tentó a algunas personas al pecado: una pareja casada con resultados desastrosos.

Ananías y Safira eran codiciosos, no hay duda, podría estar equivocado, pero otros podrían leer este relato y pensar: yo podría haber hecho lo mismo, guardar algunos para mí, y aún así dar una buena parte. Tengo que admitir que ha pasado por mi cabeza; sin embargo, su pecado no fue solo pensar en sí mismos primeros o ser avaros. Leamos de nuevo lo que dice Pedro a Ananías: “Ananías —le reclamó Pedro—, ¿cómo es posible que Satanás haya llenado tu corazón para que le mintieras al Espíritu Santo” (v 3).

¡Guau! Gran cosa. La codicia comenzó a rondar, pero cuando Ananías presentó su dinero a los apóstoles dio a entender que eso era todo lo que tenía. Una mentira evidente hacia ellos y hacia el Espíritu Santo, ¿Las consecuencias? Muerte: física y espiritual para Ananías y Safira.

Nunca debemos tratar de encubrir nuestros pecados; sí, vamos a tener que pagar el precio de lo que hemos hecho mal, haber herido a personas o habernos dejado a nosotros mismos, pero es mucho mejor que las consecuencias espirituales que podrían tener resultados trágicos.

Que Dios nos proteja de caer en la tentación de cualquier tipo.

 

Oración

Señor, ayúdame a mantener mis ojos solo en ti y a ser honesto, verdadero, santo y puro a tus ojos.