Hechos 12

25 de mayo del 2015
por Philip Layton

El apóstol Jacobo es asesinado y pedro escapa milagrosamente de la cárcel


Preguntas para compartir

  • Los creyentes lloraron la muerte de Jacobo y se regocijaron por el escape milagroso de Pedro (v 1-19). ¿Qué se puede aprender de estos resultados contrastantes?
  • Imagina cómo se sintió Pedro detrás de la puerta (v 14).

 

Profundizando con el libro “Palabras de vida”

Juan era su nombre judío; Marcos su nombre romano, provenía de un buen hogar, su madre, María, era la hermana de Bernabé. La descripción de su casa indicaba riqueza: un portón y un pasillo que conducía al patio interior, espacio suficiente para albergar a una multitud. Ahí fue donde las personas se reunieron a orar para que Pedro pudiera salir de la cárcel, como hemos leído en el pasaje de hoy. Era un lugar seguro para que el pueblo de Dios se reuniera, un lugar de actividad cristiana.

Externo a este ambiente encontramos a Juan Marcos, se pensó que fue el único que siguió a Jesús después de su arresto en Getsemaní. Curiosamente, él es el único que registra el evento:

Cierto joven que se cubría con sólo una sábana iba siguiendo a Jesús. Lo detuvieron, pero él soltó la sábana y escapó desnudo (Marcos 14:51-52).

Marcos parecía tener una relación especial con Pedro, se refería a Marcos como “mi hijo” (1 Pedro 5:13), para indicar tal vez que él lo había llevado a aceptar a Cristo como Salvador.

Bernabé y Pablo llevaron a Juan Marcos de Jerusalén a Antioquía, luego lo invitaron a acompañarlos en su primer gran viaje misionero en territorio gentil. Él iba a ser su ayudante y quedaron como un equipo; pero de repente, en mitad del proceso del viaje, Juan Marcos los dejó para volver a Jerusalén. Fue una sorpresa para todos, los había dejado en un momento de gran importancia.

¿Alguna vez has hecho cosas en los momentos fundamentales que después lamentaste? Estoy seguro de que todos nos podemos relacionar con esto, es la forma en que aprovechamos y avanzamos lo que más importa. Al orar hoy, vamos a pedir que Dios nos mantenga abiertos a su liderazgo y que podamos intuir lo que él quiere de nosotros a medida que continuemos para servirle.

Trata de no dejarlo ir sea cual sea la situación en que te encuentres, su espíritu siempre está presente para ayudarnos, háblale en cualquier momento de día o noche. 

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