FILEMÓN

15 de Octubre de 2015 Por Philip Layton

 

 

Traducción Vídeo:

 Si los corazones humanos son frecuentemente amables.
y las mentes pueden saber de compasión
Si el amor nos toca con esplendor
Y las manos muestran compasión
 
Entonces cuanto nuestro Dios padre debe hacerlo
En el amor perdona, en el amor perdona
Entonces cuanto nuestro Dios padre debe hacerlo
Queremos aceptar y no negar
 
A veces el hombre puede vivir por los demás
Y a veces entrega dones que son desaprovechados
Si a veces tratan a sus enemigos como hermanos
Y amor donde el amor no es devuelto
 
Entonces cuanto nuestro Dios padre debe hacerlo
 En el amor perdona, en el amor perdona
Entonces cuanto nuestro Dios padre debe hacerlo
Queremos aceptar y no negar
 
En el amor perdona, en el amor perdona
En el amor perdona, en el amor perdona
Entonces cuanto nuestro Dios padre debe hacerlo
Queremos aceptar y no negar
Amen

 

Pablo le implora a Filemón que acepte y perdone a Onésimo

Preguntas para compartir

* Obviamente Pablo hace un juego de palabras: Onésimo significa “útil” (vs10,11) Pablo lo describe como en otro tiempo inútil, pero ahora útil ¿Qué nos puede enseñar acerca del resto de las cartas? ¿Pueden existir sutilezas que fallen?

Pablo estaba preso en Roma. Su amigo, Filemón estaba en Colosas. El lazo humano entre los dos era el esclavo, Onésimo, quién aparentemente había hurtado dinero de su amo, escapando a Roma. Entonces un milagro sucedió. ¡Él fue salvado!

Lo más fácil para Onésimo hubiese sido quedarse con Pablo. Pero el apóstol sentía que era importante para Onésimo regresar a Colosas y arreglar las cosas con Filemón. La ley de ese tiempo permitía que un amo ejecutase a un esclavo rebelde. Pablo decidió escribir una carta a Filemón, esperando que su amigo fuese receptivo al regreso de Onésimo.

¿Con quién identificas esta carta? Martin Luther escribió una vez “Todos nosotros somos Onemisenses”. Él estaba en lo correcto, todos somos pecadores salvados por la gracia. En un momento u otro, hemos huido de Dios. Hemos intentado escondernos en la “gran ciudad” de la vida, para no servir a Dios. Pero Dios siempre sabe donde estamos. Entonces tenemos que regresar humildes, rogando por su perdón.

También nos podemos identificar con Pablo, ayudando a construir lazos entre las personas, intercediendo por ellos. Siendo amigo de aquellos que se sienten solos. Estamos aquí para llevar esperanza, amor verdadero y preocupación por los demás.

Te lo envío de vuelta, y con él va mi propio corazón. (v 12).

No debemos solamente ser como Onésimo, pidiendo perdón o como Pablo, intercediendo por otros. Tenemos que estar preparados para hacer lo que Pablo le pidió a Filemón: perdonar, todo porque Cristo nos perdona y nos ama profundamente.

Que Dios abra nuestras mentes y corazones, mientras lo amamos con todo lo que somos y amar a los demás, tal como Dios nos ama a nosotros.