2 corintios 9

12 de agosto de 2015
Por Philip Layton

Dios ama a un dador alegre.

Preguntas para compartir

Un versículo importante dentro de algo que algunas veces puede ser un tema sensible: el dinero (v 7)
¿Cuánto das? ¿Das con alegría o de mala gana? ¿Refleja tu ofrenda la importancia que le das a la obra de Dios?
Este versículo implica que Dios no solo esta al tanto de cuanto das sino que también con que actitud lo haces. Das porque esperas, porque debes hacerlo, porque has sido instruido, por obediencia ¿o por algo más?

 

Profundizando con “Solo un momento con el señor”

Señor, quiero ser un dador feliz
Un dador feliz de mi tiempo y mi fuerza
Dar en vez de retener
Sembrar en vez de querer cosechar

 

Maestro no me dejes ser avaro
Abrazarme a mi mismo para mi mismo
Preocupado de cada esfuerzo
Contando cada paso
Acumulando mis recursos físicos
Para las exigencias de un mañana que tal vez nunca llegue

 

Señor, conviérteme en un dador feliz
Daré alegremente mi amor y cuidado
Abriendo los depósitos de mis pequeñas reservas
Derramando lo poco que tengo para dar
Sin medidas o restricción
Sin dudarlo
El mañana te lo confiare a ti

 

No dejes que me refugie en una caja de cristal
Temeroso de que la luz del día me haga desaparecer,
Temiendo que la mano del tiempo me tocase
La reducción de mi esfuerzo que me podría drenar
Salvarme a mi mismo… ¿Para qué?
Para verme bien en mi ataúd

 

Déjame dar lo que tengo para dar con las manos abiertas
Ofreciéndome a Ustedes para el servicio de cada día
Feliz de ser usado mientras mi vida dure
Viviendo para ti como un dador feliz

 

Porque al final, Señor
Tú no me preguntaras por lo que he ahorrado
Sino por lo que he dado