2 corintios 1

31 de Julio de 2015
Por Philip Layton

Pablo escribe nuevamente a la iglesia de Corintio con motivo de su cambio de planes

Preguntas para compartir

  • ¿Por qué crees que Pablo quería informar de sus viajes a sus lectores? (v 8)
  • ¿Hacen las oraciones actuar a Dios de manera que no lo hubiera hecho (v. 11)?


Profundizando con “Palabras de vida”

Los problemas de Pablo no terminaron después de enviar su primera carta a la acongojada congregación de Corintios. Así que él envió a Tito, quien pronto regreso entregándole un alentador reporte de arrepentimiento. Entonces Pablo le volvió a escribir a la iglesia. La segunda carta a los Corintios es más que nada una carta autobiográfica, ofreciendo destellos de la vida de Pablo que no se pueden encontrar en otra parte de las escrituras. Lo que les dió a los Corintios seguridad de su continuo compromiso hacia ellos. 

Los nuevos creyentes vinieron de un origen gentil. Una ciudad donde las prostitutas en el templo de Afrodita, la diosa del placer, estaban disponibles para adorar todos los días. Un lugar donde el César impuso el sistema feudal para la prosperidad de la ciudad, lo que conllevaba mucha manipulación e indulgencia. Estos nuevos cristianos fueron sacados de sus antiguas vidas y tendrían que vivir solo por Cristo. Lo que no siempre fue fácil.

Vendrían más dificultades. Pablo sabía sobre  esto, sufrimiento, persecución. Sin Embargo, Pablo les dice a los corintios que cuando estas cosas surjan, Dios impartirá su consuelo, en medio de cualquier aflicción que puedan experimentar. Dios siempre esta presente y nos dota para entregar consuelo divino a los demás.

Pablo sufrió mucho, tanto físicamente, emocionalmente e incluso espiritualmente. Él le dice a los Corintios que a causa de todo esto, y por el consuelo que Dios le da contínuamente a él, ellos serán los beneficiarios del consuelo Divino que  trae revitalización, una infusión de fuerza divina - permitiendo a las personas hacer frente a cualquier desafío o sufrimiento que pueda traer el futuro.

Compartir los sufrimientos de Cristo conlleva a experimentar su consuelo. Esto nos entrega un gran triunfo, una fuerte sensación de seguridad en el inmenso amor que Dios tiene por todos nosotros. Vamos a recibir el consuelo de Dios hoy, entonces podremos entregar esa sensación de consuelo a otra persona, la cual se beneficiará enormemente.

Beverly Ivany