Huyendo

1 SAMUEL 24

“Entonces Saúl tomó consigo tres batallones de hombres escogidos de todo Israel, y se fue por los Peñascos de las Cabras, en busca de David y de sus hombres”  (v. 2).

Saúl seguía persiguiendo a David – para vengarse.  Pero un día el rey necesitaba un descanso, así que entró a una cueva – sin saber que David y sus hombres estaban más adentro de la misma cueva.  También, sin darse cuenta Saúl, David se acercó sigilosamente y cortó el borde del manto de Saúl – para probar que había estado tan cerca del rey y podría haberlo matado.  David no lo hizo porque Saúl había sido el ungido de Dios.

La mayoría de nosotros no estamos huyendo para salvar nuestra vida. Pero podríamos estar ‘huyendo’ por otros motivos – o de cierta gente. Cuando esa persona se acerca, tenemos varias elecciones: enfrentarla, escondernos o discutir el problema abiertamente. Lo mismo pasa cuando enfrentamos una situación difícil: podemos rendirnos, tratar de evitarla, o enfrentarla directamente.

David eligió confrontar a Saúl. Llamó al rey, diciéndole que había tenido la oportunidad de matarlo, pero no la usó.  David también  quería hablarle sobre la tensión obvia y el conflicto que había entre ellos:

“Padre mío, mire usted el borde de su manto que tengo en la mano. Yo corté este pedazo, pero a usted no lo maté. Reconozca que yo no intento hacerle mal ni traicionarlo”  (v. 11).

Sólo podemos seguir huyendo por cierto tiempo. Solamente podemos tratar de evitar una situación o a una persona por cierto tiempo.  Nuestra responsabilidad es confrontar las cosas y tratar de solucionarlas lo mejor que podamos – porque Dios desea que hagamos eso.  Hay que tener valor y humildad, y requiere de mucha oración.  Pero Dios honrará la sinceridad de nuestro corazón, y ha prometido estar siempre con nosotros.

Oración

Si hay alguien con quien debería conversar o una situación que debo solucionar, dame la fuerza para hacerlo.  Señor, yo no quiero seguir huyendo.

Construyendo una Nación.