Abuso

2 SAMUEL 13: 1-22
 

“Pasado algún tiempo, sucedió lo siguiente: Absalón, hijo de David, tenía una hermana muy bella, que se llamaba Tamar” (v. 1).

Después de que David pecó con Betsabé e hizo matar a su marido, - el profeta del Señor le dijo al rey que la espada nunca se alejaría de la familia de David (ver 12:10).  La profecía comienza a hacerse realidad con esta trágica historia.  Amnón comete incesto con su media hermana, Tamar, violándola y causando  mucho pesar y dolor.

Cualquier tipo de abuso es terrible, despreciable. En ese caso, involucraba a un hijo del rey, que ejerció poder sobre su hermana – la que carecía de poder.  Igual que su padre, Amnón permitió que su desenfrenada pasión ganara y, con el aliento de su primo Jonadab, la engañó y la hizo acudir a su lecho creyéndole enfermo. Después de violarla, la despreció – echándola.  Es posible que esta historia haya sido incluida en las Escrituras por varias razones:

Cuando pecamos, siempre hay repercusiones. David pecó.  Y se produjo un efecto. No podemos borrar el pasado, pero debemos hacer todo lo posible para seguir adelante permitiendo que el Espíritu nos guíe a nosotros y a nuestras familias.

Nunca debemos permitir que nuestras pasiones venzan. La pasión que es dirigida por Dios es buena. Pero la pasión carnal es extremadamente peligrosa y siempre debe ser controlada. Y esto solamente se puede hacer con el poder del Espíritu.

Debemos pedir consejo divino. Amnón buscó el consejo del pícaro Jonadab. Pero un consejo poco sabio, impío, puede causar grandes quebrantos de corazón.

El abuso es corriente en estos días, no importa dónde vivamos.  Puede ser físico, emocional, espiritual o sexual, pero siempre se trata de una persona que ejerce poder sobre otra - ¡de maneras terribles!  Si nosotros somos víctimas de abuso, debemos buscar consejo piadoso para eliminarlo.  ¡Jamás debe tolerarse abuso de cualquier tipo!

Oración

Señor, para las víctimas de abuso, oramos para que les des tu paz.  Para aquellos que han sido los abusadores, oramos que busquen tu perdón – y que jamás vuelvan a abusar.

¡Larga Vida al Rey!