2 corintios 11

13 de Agosto de 2015
Por Philip Layton

Pablo advierte a la iglesia sobre los falsos maestros

Preguntas para compartir

  • ¿Qué significa el termino “ángeles de luz” en el versículo 14 (vs 1-15)?
  • ¿Es  posible que exista gente en tu comunidad “enmascarada” como maestros y predicadores cristianos que realmente son “falsos apóstoles” y “trabajadores mentirosos”? Si es así, ¿Qué puedes hacer para estar alerta contra ellos, protegerte y clamar la verdad?

 

 Profundizando con “Palabras de vida”

Es muy difícil recibir críticas. Si se hacen de manera constructiva pueden muy útiles. Pero generalmente la crítica nos puede ahogar y podemos olvidarnos de aquellas personas que aprecian lo que decimos o hacemos. Las críticas nos pueden consumir.

Pablo les dijo a los Corintios que estaba herido por algunas criticas que él había recibido de ellos. La mayor parte del tiempo, él simplemente ignoraba los comentarios dañinos de la gente. Ese tipo de cosas nunca lo detuvo a la hora de hablar la verdad sobre su Señor. Pablo amaba a la iglesia de los Corintios. En lugar de tomar represalias, como su líder espiritual que sentía la necesidad de corregirlos cuando se equivocaban. Esto significaba hacerse vulnerable. Sin embargo, él se encargó de decir la verdad en sus vidas como siervo de Dios.

Pablo atribuyó  la actitud crítica de los Corintios a los falsos profetas que se han infiltrado en la iglesia – en perjuicio de todo. Ahora Pablo debía defenderse; no fue fácil. Incluso parecía que estaba haciendo alarde de sus logros humanos. Pero esa no era su intención en absoluto, lo que deja en claro a ellos. Él simplemente quería que la iglesia se  volviese a las verdades fundamentales del Evangelio:

Si alguien llega a ustedes predicando a un Jesús diferente del que les hemos predicado nosotros, o si reciben un espíritu o un evangelio diferentes de los que ya recibieron, a ése lo aguantan con facilidad. (v 4).

Ellos  habían criticado a Pablo. Él lo sintió. Pero ahora él estaba mostrando su preocupación espiritual como un padre a un hijo. Le costó, porque muchas veces no se presentó a su yo interior a los demás. Él había sido atacado, criticado; y sabía que los corintios podrían no recibir su mensaje a cambio. Pero él les habló con cuidado - señalando verdad sobre la mentira.

Cuando seamos criticados, tenemos que mirar a la fuente y llevarla al Señor. Cuando ofrecemos una crítica debemos hacerlo con amor y con cuidado, pidiendo la sabiduría de Dios. Para que podamos predicar y vivir en un evangelio de amor, cuidado, perdón y libertad. ¡Todo esto vale la pena!